Contacto
Hurgarse la nariz podría dañar el tejido nasal, lo que facilita la entrada de bacterias como Chlamydia pneumoniae al cerebro, aumentando el riesgo de Alzheimer.
CONTENIDOS
El daño nasal podría facilitar la entrada de bacterias
Hurgarse la nariz es una práctica común, pero ¿qué sucede cuando esta acción aparentemente inofensiva se convierte en una puerta abierta para bacterias peligrosas? Un estudio reciente, realizado por investigadores de la Universidad de Griffith, sugiere que el daño en los tejidos nasales podría facilitar la entrada de bacterias directamente al cerebro. La investigación se centró en la bacteria Chlamydia pneumoniae, responsable de infecciones respiratorias y potencialmente relacionada con la demencia de inicio tardío. Este descubrimiento podría proporcionar nuevas pistas sobre cómo ciertas enfermedades neurodegenerativas comienzan a desarrollarse, destacando la importancia de proteger la integridad del tejido nasal.
Los científicos advierten sobre los riesgos potenciales de hurgarse la nariz, incluyendo la posibilidad de que bacterias invadan el cerebro y desencadenen patologías neurodegenerativas.
El viaje de las bacterias hacia el cerebro
Los experimentos realizados en ratones han mostrado que Chlamydia pneumoniae puede aprovechar el nervio olfativo para moverse desde la cavidad nasal hasta el cerebro. En condiciones normales, este trayecto estaría bloqueado por el epitelio nasal, una capa de tejido que recubre el interior de la nariz. Sin embargo, cuando este tejido se daña, ya sea por hurgarse la nariz o por depilación del vello nasal, las bacterias encuentran un camino despejado hacia el sistema nervioso central. “Es aterrador ver lo rápido que estas bacterias pueden invadir el cerebro en cuestión de horas”, afirmó el neurocientífico James St John.
Relación entre las infecciones y la acumulación de proteínas por hurgarse la nariz
Una vez en el cerebro, las bacterias no solo se establecen, sino que también desencadenan reacciones que pueden estar relacionadas con la enfermedad de Alzheimer. En el estudio, se observó que la presencia de Chlamydia pneumoniae provocaba una mayor acumulación de proteína beta amiloide en el cerebro de los ratones. Esta proteína, liberada en respuesta a las infecciones, es conocida por formar placas en los cerebros de personas con Alzheimer. Aunque la relación exacta entre la beta amiloide y la enfermedad aún es tema de debate, los resultados obtenidos sugieren que las infecciones bacterianas podrían ser un factor a considerar en su desarrollo.
Te Puede Interesar:
Diversidad de Demencias: Más Allá del Alzheimer Clásico: El peligro inesperado de hurgarse la nariz: AlzheimerLa investigación en ratones y los hallazgos claves
Los investigadores de la Universidad de Griffith llevaron a cabo un detallado análisis en ratones para explorar cómo Chlamydia pneumoniae afecta el cerebro. El estudio reveló que las bacterias lograban llegar al sistema nervioso central en tan solo 24 a 72 horas, utilizando el nervio olfativo como ruta de entrada. “Este es el primer estudio que demuestra que Chlamydia pneumoniae puede viajar directamente desde la nariz al cerebro,” explicó St John. Esta rápida invasión sugiere que el daño nasal puede acelerar el proceso de infección, lo que a su vez podría influir en la aparición de síntomas similares al Alzheimer.
Hurgarse la nariz: Implicaciones del estudio para la salud humana
Hurgarse la nariz no es algo inusual. De hecho, es posible que hasta nueve de cada diez personas lo practiquen, sin mencionar a muchas otras especies.
Aunque el estudio se realizó en ratones, los resultados obtenidos plantean preguntas relevantes para la salud humana. Si bien no se ha confirmado que el mismo proceso ocurra en personas, la presencia de Chlamydia pneumoniae en cerebros humanos afectados por demencia sugiere una posible conexión. Los científicos creen que la nariz podría ser una vía rápida para que bacterias y virus lleguen al cerebro, lo que subraya la importancia de evitar acciones que puedan dañar el tejido nasal. “Debemos investigar si estas bacterias toman el mismo camino en humanos,” señaló St John, quien enfatizó la necesidad de estudios adicionales para comprender mejor este fenómeno.
El hábito de hurgarse la nariz podría ser más peligroso de lo que parece, aumentando la vulnerabilidad del cerebro a infecciones bacterianas.
Para seguir pensando
El Alzheimer es una enfermedad compleja y multifactorial. Mientras que la edad sigue siendo el principal factor de riesgo, el estudio sugiere que las infecciones bacterianas podrían jugar un papel significativo en su desarrollo. “Estamos examinando otras causas más allá de la edad, y creemos que las bacterias y los virus son factores críticos,” mencionó St John. Los investigadores planean realizar estudios futuros en humanos para confirmar si el daño nasal facilita la invasión bacteriana y si la acumulación de beta amiloide es reversible al tratar la infección. Este enfoque podría abrir nuevas vías para la prevención y el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas.