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Módulo lunar privado, Cráter Malapert A, Motor de metano líquido, Archivo digital de conocimiento, Miniesculturas de la Luna.

Hace 50 años que EEUU no aterriza un módulo lunar, y es privado

El módulo lunar privado lleva a bordo una carga útil variada, que incluye un archivo digital de conocimiento humano.
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El módulo lunar privado “Odysseus” es una maravilla de la ingeniería, diseñado para aterrizar suavemente en la superficie lunar y realizar experimentos científicos.

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Un hito histórico en la exploración lunar

El pasado jueves 15 de febrero de 2024, una nave espacial estadounidense despegó desde el Centro Espacial Kennedy en Florida con el objetivo de lograr un alunizaje suave en la Luna, algo que no se ha conseguido desde las misiones Apolo hace más de cinco décadas. Se trata de la misión “IM-1”, liderada por la compañía Intuitive Machines, que espera convertirse en la primera entidad no gubernamental en alcanzar este hito histórico en la exploración espacial.

La nave espacial, llamada “Odysseus”, viaja en la parte superior de un cohete Falcon 9 de SpaceX, la empresa del multimillonario Elon Musk, que ha revolucionado el sector con sus lanzamientos reutilizables y sus ambiciosos proyectos de colonizar Marte. El lanzamiento fue exitoso y la NASA confirmó que el módulo de aterrizaje se había separado y continuaba su viaje a la Luna.

Módulo lunar privado: Un motor innovador y una región de alta radiación

Una de las características más destacadas de la misión “IM-1” es el uso de un nuevo tipo de motor de metano líquido y oxígeno superenfriado, que le da la potencia para llegar a su destino rápidamente, evitando la exposición prolongada a una región de alta radiación que rodea la Tierra conocida como el cinturón de Van Allen. Esta región, formada por partículas cargadas atrapadas por el campo magnético terrestre, representa un riesgo para la salud de los astronautas y el funcionamiento de los equipos electrónicos.

Intuitive Machines desarrolló el motor, que es el primero de su clase en ser utilizado en una misión lunar. Este motor tiene la ventaja de ser más eficiente, más ecológico y más económico que los propulsores tradicionales. Además, podríamos producir metano y oxígeno en la Luna o en Marte, lo que facilitaría las futuras misiones de exploración y asentamiento.

Un cráter de impacto cerca del polo sur lunar

El lugar elegido para el alunizaje es el cráter Malapert A, un cráter de impacto de unos 20 kilómetros de diámetro situado a unos 300 kilómetros del polo sur lunar. Se espera que la nave espacial llegue a este punto el 22 de febrero, después de una semana de viaje. El cráter Malapert A tiene un interés científico y estratégico, ya que se cree que alberga depósitos de hielo de agua y que recibe una gran cantidad de luz solar, lo que facilita la generación de energía solar.

La NASA tiene previsto construir una presencia a largo plazo en el polo sur lunar y recolectar hielo para obtener agua potable y combustible para cohetes bajo Artemis, su programa insignia de la Luna a Marte. Por eso, la agencia espacial pagó a Intuitive Machines 118 millones de dólares para enviar hardware científico que le ayude a entender y mitigar los riesgos ambientales para los astronautas, los primeros de los cuales están programados para aterrizar no antes de 2026.

Una carga útil variada con el módulo lunar privado

Además del hardware científico de la NASA, la nave espacial “Odysseus” lleva a bordo una carga útil variada y colorida, que incluye un archivo digital de conocimiento humano y 125 miniesculturas de la Luna del artista Jeff Koons. El archivo digital, creado por la organización Arch Mission Foundation, contiene más de 30 millones de páginas de información sobre la historia, la cultura y la ciencia de la humanidad, almacenadas en un disco de níquel que puede durar miles de millones de años.

Las miniesculturas de la Luna, por su parte, son parte de un proyecto artístico llamado “Moon Museum”, que busca crear una galería permanente en la superficie lunar. Las esculturas, hechas de aluminio y titanio, miden unos 3 centímetros de diámetro y pesan unos 2 gramos cada una. Entre ellas hay una réplica de la famosa “Rabbit” de Koons, una obra que se vendió por 91 millones de dólares en 2019.

Módulo lunar: Una iniciativa de la NASA para delegar servicios de carga al sector privado

La misión “IM-1” es la segunda que se realiza en el marco de una iniciativa de la NASA llamada Servicios Comerciales de Carga Útil Lunar (CLPS, por sus siglas en inglés), que la agencia espacial creó para delegar servicios de carga al sector privado para lograr ahorros y estimular una economía lunar más amplia. La primera, de Astrobotic, con sede en Pittsburgh, se lanzó en enero, pero su nave espacial Peregrine experimentó una anomalía en el motor que causó una fuga de combustible y finalmente fue traída de vuelta para quemarse en la atmósfera de la Tierra.

“Odysseus” utiliza un innovador motor de metano líquido y oxígeno superenfriado, que es más eficiente, ecológico y económico que los propulsores tradicionales.

Módulo lunar privado: Un desafío técnico y científico

El alunizaje suave de un robot en la Luna es un desafío técnico y científico, ya que implica navegar por un terreno traicionero con comunicaciones sujetas a un retraso de varios segundos, y usar sus propulsores para un descenso controlado en ausencia de una atmósfera que admita paracaídas. Solo cinco naciones lo han logrado: primero fue la Unión Soviética, luego Estados Unidos, que sigue siendo el único país que también ha puesto a la gente en la superficie. En la larga ausencia de Estados Unidos, China ha aterrizado tres veces desde 2013, India en 2023 y Japón fue el último, el mes pasado, aunque su robot ha tenido problemas para mantenerse encendido después de que un aterrizaje inestable dejara sus paneles solares apuntando en la dirección equivocada.

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Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre

El alunizaje implica una serie de cuestiones legales, ya que la Luna es considerada como un patrimonio común de la humanidad y un espacio de cooperación pacífica. El Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre de 1967, firmado por más de 100 países, establece que ninguna nación puede reclamar la soberanía sobre la Luna ni explotar sus recursos sin un acuerdo internacional. Sin embargo, algunos países, como Estados Unidos, han aprobado leyes que permiten a sus ciudadanos poseer y vender los recursos que extraigan de la Luna, lo que podría generar conflictos en el futuro.

Para seguir pensando

Más allá de las controversias, el alunizaje de la nave espacial “Odysseus” representa una oportunidad para la ciencia y la educación, ya que permitirá obtener datos e imágenes inéditos de la superficie lunar, así como realizar experimentos y mediciones que podrían arrojar luz sobre el origen y la evolución de la Luna y su relación con la Tierra. Además, la misión servirá para despertar el interés y la curiosidad de los estudiantes y el público en general por la astronomía, la física, la ingeniería y otras disciplinas relacionadas con la exploración espacial.