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El ADN revela el aislamiento genético de los últimos neandertales

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El ADN de los últimos neandertales, como Thorin, confirman que no hubo mezcla genética con los Homo sapiens modernos durante miles de años.

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El análisis genético de Thorin revela endogamia

El reciente análisis del ADN de “Thorin”, uno de los últimos neandertales, ha revelado sorprendentes detalles sobre el aislamiento genético de su linaje. Thorin, descubierto en 2015 en el refugio rocoso de Grotte Mandrin, en el valle del Ródano, es uno de los neandertales más recientes conocidos, con una antigüedad aproximada de 42.000 años. Los restos recuperados, principalmente dientes y partes del cráneo, han permitido a un equipo de investigadores liderados por Ludovic Slimak secuenciar su genoma completo. Los resultados indican una alta homocigosis genética, lo que sugiere una fuerte endogamia en su población. Según Slimak, “la población de Thorin había pasado 50 milenios sin intercambiar genes con otras poblaciones neandertales”. Esto marca un claro indicio de aislamiento.

Thorin, uno de los últimos neandertales conocidos, presentó una alta homocigosis genética, lo que indica una endogamia severa debido al prolongado aislamiento de su población.

Thorin vivió en completo aislamiento durante 50.000 años

El linaje de Thorin parece haber estado completamente aislado, a pesar de la presencia de otros grupos de neandertales en regiones cercanas. El equipo de investigación ha destacado que el grupo al que pertenecía Thorin no intercambió información genética con otros homínidos durante 50.000 años. Según el estudio publicado en Cell Genomics, este aislamiento se reflejó también en la cultura material, ya que Thorin y su grupo no adoptaron nuevas técnicas de fabricación de herramientas. “Lo que propuse hace 20 años ha sido confirmado por el ADN”, explicó Slimak, refiriéndose a la teoría que había defendido anteriormente sobre la falta de contacto cultural entre diferentes grupos neandertales.

El ADN de los últimos neandertales: Los restos de Thorin confirman una antigüedad de 42.000 años

Las técnicas de datación por radiocarbono y la evaluación de las capas geológicas de Grotte Mandrin han permitido datar los restos de Thorin entre hace 52.000 y 42.000 años. Los investigadores, sin embargo, consideran más probable que Thorin haya vivido hace 42.000 años, basándose en nuevas pruebas descubiertas en 2023. Esta cronología lo sitúa entre los últimos neandertales en habitar Europa antes de su desaparición definitiva. “Thorin probablemente vivió en una época en que la población de neandertales estaba disminuyendo drásticamente”, explican los investigadores. La precisión de la datación es clave para entender mejor cómo y cuándo se extinguieron los neandertales, que fueron reemplazados por el Homo sapiens.

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Investigación genética detallada del ADN de Thorin

Para obtener la secuenciación genética completa de Thorin, los investigadores extrajeron material genético de la raíz de uno de sus molares. El análisis del ADN reveló que Thorin no tenía genes de Homo sapiens modernos, lo que confirma la ausencia de contacto con nuestra especie. Los datos obtenidos muestran una alta homocigosis, es decir, la presencia de variantes genéticas idénticas, lo que indica que la población de Thorin estaba formada por un grupo pequeño y aislado. “Nuestros resultados sugieren un tamaño de grupo reducido y un aislamiento genético a largo plazo”, señala el equipo de Slimak en su estudio. Este aislamiento genético es coherente con la hipótesis de un contacto nulo entre Thorin y otros neandertales.

El ADN de los últimos neandertales: El aislamiento contribuyó a su desaparición

El estudio del ADN de Thorin plantea nuevas preguntas sobre las razones que llevaron a la extinción de los neandertales. La endogamia y el aislamiento prolongado pudieron haber jugado un papel importante en la desaparición de este grupo. “El hecho de que Thorin y su grupo no intercambiaran genes con otras poblaciones podría haber contribuido a su declive”, señalaron los investigadores. A medida que otros grupos neandertales desaparecían o se mezclaban con los Homo sapiens, las pequeñas poblaciones aisladas, como la de Thorin, probablemente no pudieron adaptarse a los cambios ambientales y sociales. La falta de diversidad genética los dejó vulnerables a enfermedades y otros factores.

La extinción de los últimos neandertales podría haber sido causada por un prolongado aislamiento genético y la endogamia, lo que los hizo más vulnerables a cambios ambientales y enfermedades.

Para seguir pensando

El descubrimiento del aislamiento genético de Thorin obliga a reconsiderar las teorías sobre la extinción de los neandertales. “Este hallazgo nos lleva a replantear la forma en que imaginamos el final de los neandertales”, afirmó Slimak. Aunque se ha asumido que los humanos modernos desempeñaron un papel crucial en la desaparición de los neandertales, el caso de Thorin sugiere que el aislamiento genético y cultural también tuvo un impacto significativo. A partir de ahora, los estudios futuros deberán centrarse en cómo estas poblaciones neandertales aisladas interactuaron (o no) con otros grupos y cómo eso contribuyó a su extinción. La cueva de Grotte Mandrin seguirá siendo un sitio clave para investigar el fin de los neandertales en Europa.