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El cuerpo humano: una bolsa adentro de otra

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El cuerpo humano está formado por compartimientos, uno adentro del otro e interconectados para funcionar coordinadamente.
Anatomía, Fisiología, Homeostasis, Metabolismo, Neurociencia,
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La piel es el órgano más grande y visible del cuerpo humano. Su función principal es proteger al organismo de las agresiones externas, como el frío, el calor, los microbios o las radiaciones.

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El cuerpo humano: una colección de bolsas

¿Alguna vez se ha preguntado cómo es el cuerpo humano por dentro? Seguramente habrá escuchado que el corazón es como una bomba, el cerebro como una computadora o el estómago como un tubo. Estas comparaciones nos ayudan a entender la función de los órganos, pero no nos dicen mucho sobre su forma. Si tuviéramos que describir la forma de las partes del cuerpo humano, podríamos usar una palabra muy simple: bolsas. Sí, el cuerpo humano está compuesto por bolsas de diferentes tamaños, formas y funciones, que se alojan unas dentro de otras, formando una compleja estructura.

La piel: la bolsa más grande y visible del cuerpo humano

La piel es el órgano más grande y visible del cuerpo humano. Su función principal es proteger al organismo de las agresiones externas, como el frío, el calor, los microbios o las radiaciones. La piel también participa en la regulación de la temperatura corporal, la sensibilidad al tacto, la síntesis de vitamina D y la eliminación de desechos. La piel está formada por varias capas de tejido, que se pueden clasificar en tres: la epidermis, la dermis y la hipodermis. La epidermis es la capa más superficial y está compuesta por células muertas que se renuevan constantemente. La dermis es la capa intermedia y contiene fibras de colágeno y elastina, que le dan resistencia y elasticidad a la piel. La hipodermis es la capa más profunda y está formada por tejido adiposo, que sirve como reserva de energía y aislamiento térmico. La piel se puede considerar como una bolsa que envuelve y contiene a todas las demás bolsas del cuerpo.

El corazón: una bolsa que late en el cuerpo humano

El corazón es el órgano responsable de bombear la sangre por todo el cuerpo, llevando oxígeno y nutrientes a las células y impulsando el dióxido de carbono y los desechos. Este órgano, tiene el tamaño de un puño y se ubica en el centro del tórax, entre los pulmones. El corazón está formado por cuatro cavidades: dos aurículas y dos ventrículos. Las aurículas reciben la sangre que llega al corazón, mientras que los ventrículos la expulsan hacia las arterias. El corazón se contrae y se relaja de forma rítmica, generando el latido cardíaco. El corazón está rodeado por dos bolsas: el pericardio fibroso y el pericardio seroso. El pericardio fibroso es una capa dura y resistente que fija el corazón al esternón y a la columna vertebral. El pericardio seroso es una capa delgada y lubricada que reduce la fricción entre el corazón y el pericardio fibroso. Estas bolsas protegen al corazón y le permiten moverse sin dificultad.

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El cerebro: una bolsa que piensa

El cerebro es el órgano encargado de controlar y coordinar todas las funciones del cuerpo, así como de procesar la información que recibimos del exterior y generar los pensamientos, las emociones y los recuerdos. Este órgano, tiene el aspecto de una masa grisácea y arrugada, que pesa alrededor de 1,5 kilogramos y ocupa el 2% del peso corporal. El cerebro se divide en dos hemisferios, que se comunican entre sí por el cuerpo calloso. Cada hemisferio se compone de cuatro lóbulos: frontal, parietal, temporal y occipital. Cada lóbulo se encarga de funciones específicas, como el lenguaje, la memoria, la visión o el movimiento. El cerebro está envuelto por tres bolsas: las meninges. Las meninges son capas de tejido que protegen al cerebro de los golpes, las infecciones y las variaciones de presión. Las meninges se llaman duramadre, aracnoides y piamadre. La duramadre es la bolsa más externa y resistente, que se adhiere al cráneo. La aracnoides es la bolsa intermedia y delgada, que contiene un líquido llamado cefalorraquídeo. La piamadre es la bolsa más interna y fina, que se adapta a la forma del cerebro.

El estómago: una bolsa que digiere

El estómago es el órgano donde se inicia la digestión de los alimentos que ingerimos. Este órgano, tiene forma de J y se sitúa en la parte superior izquierda del abdomen, debajo del diafragma. Este órgano, se comunica con el esófago por la parte superior y con el intestino delgado por la parte inferior, mediante dos esfínteres que regulan el paso de los alimentos. El estómago está formado por cuatro capas: la mucosa, la submucosa, la muscular y la serosa. La mucosa es la capa más interna y contiene glándulas que producen ácido clorhídrico y enzimas que descomponen los alimentos. La submucosa es la capa que sostiene a la mucosa y contiene vasos sanguíneos y nervios. La muscular es la capa que permite al estómago contraerse y mezclar los alimentos con los jugos gástricos. La serosa es la capa más externa y lubricada que recubre al estómago. El estómago se puede considerar como una bolsa que almacena y digiere los alimentos, convirtiéndolos en una masa semilíquida llamada quimo.

El útero: una bolsa que gesta el cuerpo humano

El útero es el órgano donde se desarrolla el feto durante el embarazo. Este órgano, tiene forma de pera invertida y se localiza en la parte inferior del abdomen, entre la vejiga y el recto. El útero se compone de dos partes: el cuerpo y el cuello. El cuerpo es la parte superior y más ancha, donde se aloja el feto. El cuello es la parte inferior y más estrecha, que se comunica con la vagina. El útero está formado por tres capas: el endometrio, el miometrio y el perimetrio. El endometrio es la capa más interna y contiene glándulas que secretan un líquido que nutre al feto. El miometrio es la capa intermedia y contiene fibras musculares que se contraen durante el parto. El perimetrio es la capa más externa y cubre al útero. El útero se puede considerar como una bolsa que se adapta al crecimiento del feto, proporcionándole un ambiente seguro y adecuado.

La célula: la bolsa más pequeña y básica

La célula es la unidad más pequeña y básica de la vida. Todos los seres vivos están formados por una o más células, que realizan las funciones vitales de nutrición, relación y reproducción. La célula tiene una forma variable y un tamaño microscópico, que se mide en micrómetros. La célula se compone de dos partes: el citoplasma y el núcleo. El citoplasma es la parte que ocupa la mayor parte de la célula y contiene el agua, las sales, las proteínas y otras moléculas que intervienen en el metabolismo celular. El núcleo es la parte que alberga el material genético, que determina las características de la célula y del organismo. La célula está rodeada por una membrana plasmática, que la separa del medio externo y regula el intercambio de sustancias. La célula se puede considerar como una bolsa que contiene los elementos necesarios para la vida.

Para seguir pensando

Como hemos visto, el cuerpo humano está formado por bolsas de diferentes niveles de complejidad, que se organizan y se coordinan para realizar las funciones vitales. Pero el cuerpo humano no es el único que presenta esta estructura. Todos los seres vivos, desde las bacterias hasta las plantas y los hongos están formados por bolsas.