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En 2020, el iceberg más grande del mundo, A23a, se liberó después de 34 años atrapado en el mar de Weddell, comenzando su lenta deriva.
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El Gigante de Hielo: A23a y su Rotación Eterna en el Océano Antártico
El iceberg A23a, con una superficie de 3885 kilómetros cuadrados y una profundidad comparable a la altura del Empire State Building, ha captado la atención de científicos y curiosos por igual. Este coloso de hielo, desprendido de la barrera de hielo Filchner en 1986, comenzó un inesperado viaje cuando finalmente se liberó en 2020, después de más de 30 años atrapado en las aguas del mar de Weddell. Desde entonces, A23a se ha movido lentamente hacia el noreste, hasta quedar atrapado en un fenómeno geofísico conocido como columna de Taylor, lo que lo ha dejado girando sobre su propio eje en un vórtice marino. “Básicamente está ahí, girando, y se derretirá muy lentamente mientras permanezca allí”, explica Alex Brearley, oceanógrafo de la Prospección Antártica Británica.
Este coloso, A23a, el iceberg más grande del mundo, podría derretirse en el futuro, afectando potencialmente la cadena alimentaria marina en la región.
La Columna de Taylor: Un Fenómeno Geofísico Singular
Las columnas de Taylor son estructuras circulares que se forman cuando una corriente oceánica se encuentra con un monte submarino, generando un cilindro de agua estancada sobre la elevación. En este caso, la protuberancia bajo A23a tiene un diámetro de 100 kilómetros y se eleva a 1000 metros desde el fondo marino. Esta corriente divergente crea un entorno donde el iceberg gira lentamente, a una velocidad de 15 grados por día, lo que significa que tarda 24 días en completar una rotación completa. Según Brearley, “es un fenómeno geofísico bastante genial”, pero también un área poco estudiada. Las limitaciones de los datos satelitales y la cartografía submarina dificultan la comprensión completa de la frecuencia con la que ocurren estas columnas y cuántos icebergs quedan atrapados en ellas.
El A23a: El Iceberg más Grande del Mundo
El A23a no es cualquier iceberg; es el remanente de un iceberg aún mayor, el A23, que albergaba un centro de investigación soviético en la década de 1980. Tras su desprendimiento, el A23a quedó varado en el mar de Weddell durante 34 años. Fue solo en 2020 cuando finalmente se liberó y comenzó su deriva hacia el océano Antártico. Este iceberg, ahora atrapado en una columna de Taylor, está proporcionando a los científicos una oportunidad única para estudiar cómo los gigantes de hielo interactúan con las corrientes oceánicas y las características geológicas submarinas. “Parece tierra; es la única manera de describirlo”, comentó Brearley, quien quedó asombrado durante una expedición en diciembre pasado cuando rodeó el iceberg.
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El iceberg A23a se encuentra en una región del océano Antártico conocida como “el callejón de los icebergs“, una zona donde muchos de estos gigantes de hielo se desintegran tras su larga travesía por las aguas polares. Aquí, la corriente circumpolar antártica, la más poderosa del mundo, arrastra los icebergs hacia el este, llevándolos a aguas más cálidas donde empiezan a fundirse. Sin embargo, el A23a ha esquivado este destino, quedando atrapado en su columna de Taylor. Esta peculiar situación ha dado lugar a un estudio detallado de los efectos del atrapamiento en la dinámica del iceberg y en los ecosistemas marinos locales.
Investigación en Acción: Impacto en la Cadena Alimentaria Marina
La permanencia de A23a en su vórtice marino podría tener consecuencias notables en la cadena alimentaria de la zona. Según Brearley, “si el A23a pasa un tiempo prolongado en el vórtice, el iceberg podría derretirse considerablemente y afectar al plancton y a otros organismos de la cadena alimentaria marina”. El derretimiento de un iceberg tan masivo podría liberar nutrientes atrapados en su estructura durante décadas, alterando la composición química del agua y, en consecuencia, las poblaciones de microorganismos que dependen de estos nutrientes. Estos cambios podrían tener un efecto cascada en toda la cadena alimentaria, desde el plancton hasta los depredadores superiores.
Herramientas Clave para el Estudio del Iceberg más Grande del Mundo
El estudio de A23a se ha facilitado enormemente gracias al uso de imágenes satelitales, que han permitido a los científicos seguir su rotación y analizar los cambios en su estructura. La Prospección Antártica Británica ha estado monitoreando el iceberg desde abril, utilizando tecnología avanzada para capturar imágenes y datos precisos. Además, un flotador robótico, parte de una flota de instrumentos diseñados para medir la temperatura del agua, fue atrapado previamente en una columna de Taylor durante cuatro años, proporcionando información valiosa sobre el comportamiento de estas corrientes. La combinación de estas tecnologías ofrece una visión sin precedentes de un fenómeno poco comprendido.
Atrapado en un vórtice, A23a, el iceberg más grande del mundo, está sometido a una lenta rotación, monitoreada por la Prospección Antártica Británica desde abril.
Para seguir pensando
El destino final de A23a sigue siendo incierto. Christopher Shuman, glaciólogo y profesor de investigación en la Universidad de Maryland, sugiere que el iceberg podría seguir un camino similar al del A68a, otro gran iceberg que en 2020 giró durante meses antes de liberarse y dirigirse hacia la isla de Georgia del Sur, donde finalmente se derritió. Sin embargo, el comportamiento impredecible del A23a, atrapado en su columna de Taylor, dificulta las predicciones. Mientras tanto, el iceberg continúa su lenta rotación, ofreciendo a los científicos una rara oportunidad de estudiar en tiempo real la interacción entre el hielo, el océano y el lecho marino en uno de los entornos más inhóspitos y remotos del planeta.