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La exposición a metales pesados en libros venenosos puede causar problemas de salud, especialmente en personas que manejan regularmente libros antiguos con tintes peligrosos.
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Los peligros ocultos en los libros antiguos son reales
En la película “El nombre de la rosa”, basada en la novela de Umberto Eco, el envenenamiento de los libros es un elemento crucial de la trama. Los monjes del monasterio comienzan a morir misteriosamente, y Fray Guillermo de Baskerville descubre que el culpable es un libro envenenado. El veneno se encuentra en las páginas del segundo libro de la Poética de Aristóteles, y se activa cuando los lectores lamen sus dedos para pasar las páginas. Este método ingenioso y mortal de envenenamiento refleja la lucha por el control del conocimiento y la censura en la Edad Media.
Durante el siglo XIX, los avances en la industria de los tintes trajeron consigo un problema inesperado: la toxicidad. Los libros antiguos, especialmente aquellos con cubiertas teñidas de colores brillantes, pueden contener sustancias peligrosas como arsénico, plomo y cromo. Estos materiales, utilizados para estabilizar los pigmentos y mantener su vibrante color, son hoy reconocidos por sus efectos nocivos para la salud humana. “Los libros viejos con tintes tóxicos pueden estar en universidades, bibliotecas públicas y colecciones privadas“, advierte la química Abigail Hoermann de la Universidad de Lipscomb, subrayando la necesidad de un manejo cuidadoso.
Fray Guillermo de Baskerville interpretado por Sean Connery en la película “El nombre de la rosa” de 1986
La investigación en curso revela niveles preocupantes de metales pesados
Un estudio reciente realizado por un equipo de científicos de la Universidad de Lipscomb ha confirmado la presencia de altos niveles de plomo y cromo en algunos libros de la época victoriana. Utilizando técnicas avanzadas como la fluorescencia de rayos X y la espectroscopía de emisión óptica de plasma acoplado inductivamente, los investigadores encontraron concentraciones de estos metales por encima de los límites aceptables según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Estos resultados subrayan la importancia de una mayor investigación para identificar todos los tintes peligrosos utilizados en estos libros.
La ciencia detrás de los tintes venenosos de los libros antiguos
El uso de metales pesados en tintes del siglo XIX era común debido a su capacidad para producir colores intensos y duraderos. El plomo, por ejemplo, era utilizado en la producción del pigmento amarillo cromato de plomo (II), conocido por su brillantez. Sin embargo, este compuesto es altamente tóxico, y su exposición prolongada puede causar graves problemas de salud, incluyendo daño neurológico. “Es sorprendente lo que las generaciones anteriores consideraban seguro”, comenta Joseph Weinstein-Webb, uno de los químicos involucrados en la investigación.
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El equipo de la Universidad de Lipscomb se embarcó en la tarea de analizar los libros antiguos de su propia biblioteca, sospechando que podían contener tintes tóxicos. Los investigadores sometieron varios ejemplares a pruebas rigurosas, incluyendo la difracción de rayos X, una técnica utilizada por primera vez en libros para identificar las moléculas de pigmento. Los resultados fueron alarmantes: se encontraron niveles de plomo y cromo mucho más altos de lo esperado, lo que llevó a los investigadores a retirar estos libros de circulación.
Medidas preventivas para evitar la exposición
Con los hallazgos en mano, los libros afectados fueron sellados en plástico para evitar el contacto directo y proteger a los usuarios. “La idea es minimizar cualquier riesgo potencial para las personas que podrían manejar estos libros”, explicó Weinstein-Webb. Mientras tanto, el equipo continúa investigando otros tintes potencialmente tóxicos presentes en las cubiertas de libros antiguos. Esta investigación es clave para desarrollar nuevas directrices de almacenamiento y manejo seguro de estos volúmenes históricos.
Los libros venenosos, especialmente los de la época victoriana, pueden estar contaminados con plomo y cromo, lo que representa un riesgo significativo para los bibliotecarios.
Para seguir pensando
Este estudio tiene importantes implicaciones para bibliotecarios y coleccionistas que manejan libros antiguos. La identificación de tintes tóxicos y la implementación de medidas preventivas son esenciales para garantizar la seguridad de aquellos que interactúan con estos materiales. Aunque la exposición casual no suele ser peligrosa, los profesionales que trabajan constantemente con estos libros deben estar especialmente atentos a los riesgos. Esta investigación resalta la necesidad de continuar explorando los peligros que podrían estar escondidos en otros objetos históricos que aún conservamos.