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¿Los gatos realmente odian el agua?

A pesar de que los gatos odian el agua, algunos felinos pueden disfrutarla si son expuestos de forma gradual y controlada desde temprana edad.
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Los gatos odian el agua debido a la incomodidad que sienten cuando su pelaje se empapa, afectando su temperatura corporal y movilidad.

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Los gatos no odian el agua en todos los casos

A menudo se cree que todos los gatos odian el agua, pero esta es una simplificación que no refleja la realidad. Los gatos, como todos los animales, tienen comportamientos y preferencias individuales. Algunas razas de gatos, como el Maine Coon, disfrutan del agua y pueden sumergirse sin problemas. Sin embargo, la mayoría de los gatos domésticos evitan el agua debido a factores evolutivos y comportamentales. “Es un error asumir que todos los gatos detestan el agua”, explica Wailani Sung, veterinaria conductista. “Cada gato es único, y algunos disfrutan del agua más que otros”.

Aunque muchos gatos odian el agua, existen razas como el Maine Coon que muestran una mayor tolerancia a mojarse y nadar en superficies acuáticas.

Orígenes evolutivos de la relación de los gatos con el agua

El comportamiento de los gatos respecto al agua puede estar relacionado con su evolución. Los ancestros de los gatos domésticos vivían en zonas áridas, lo que significa que no tuvieron muchas oportunidades para interactuar con grandes cuerpos de agua. Como resultado, los gatos modernos pueden haber heredado una cierta aversión hacia el agua. No obstante, los gatos salvajes, como los felinos de los humedales africanos, muestran un comportamiento diferente, ya que suelen cazar animales acuáticos. Según Sung, “los gatos salvajes no dudan en mojarse las patas para cazar, lo que demuestra que no es una característica innata”.

Factores sensoriales que influyen en la aversión al agua

La textura del pelaje y la sensibilidad al frío son otros factores importantes en la relación de los gatos con el agua. El pelaje de los gatos domésticos no está diseñado para repeler el agua, como el de los animales acuáticos. En su lugar, el agua empapa rápidamente su pelaje, haciéndolo más pesado y dificultando su movimiento. Además, los gatos son animales que controlan su temperatura corporal con precisión, por lo que estar mojados puede resultarles incómodo. “El agua enfría rápidamente a los gatos y altera su movilidad”, afirma Sung.

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Estudios científicos sobre la interacción de los gatos con el agua

Un estudio realizado por la Universidad de Tokio analizó la interacción de los gatos con el agua y cómo sus comportamientos variaban en diferentes situaciones. Los científicos observaron a 100 gatos domésticos y registraron sus reacciones frente a diferentes estímulos acuáticos, como la lluvia, el agua estancada y las fuentes. El resultado mostró que el 70% de los gatos evitaba activamente el contacto con el agua, mientras que un 20% mostraba curiosidad y el 10% interactuaba con ella de forma positiva. “Los gatos que crecieron en ambientes más húmedos, o que fueron expuestos al agua desde pequeños, tendían a tener una mejor relación con ella”, indica Sung.

Exposición temprana al agua como factor de adaptación

El mismo estudio también concluyó que la exposición temprana al agua puede modificar la aversión natural de los gatos. Los gatos que fueron expuestos a baños regulares desde una edad temprana mostraron menos miedo al agua en la edad adulta. En el experimento, se observó que los gatos que fueron presentados al agua antes de las 12 semanas de vida tenían un 30% menos de probabilidades de evitar el contacto acuático. Sung sostiene que “la socialización temprana es clave para determinar la relación de los gatos con el agua, lo que puede hacerlos más tolerantes”.

Aunque los gatos odian el agua, algunos felinos salvajes son conocidos por sumergirse voluntariamente para cazar presas en ríos o lagos.

Para seguir pensando

Aunque la mayoría de los gatos no son aficionados al agua, no es correcto asumir que todos la odian. Los factores evolutivos, sensoriales y ambientales influyen en su comportamiento, pero es posible modificarlo si se introducen al agua de manera adecuada. Las investigaciones sugieren que algunos gatos pueden disfrutar del agua, desafiando el mito generalizado. Sin embargo, cada gato es diferente, y su relación con el agua depende de diversos factores individuales y de su exposición temprana a este elemento.