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¿Nueva pandemia? viruela símica ha infectado a 100.000 personas

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La transmisión del virus mpox se produce principalmente por contacto físico estrecho con lesiones cutáneas o fluidos corporales de un individuo infectado.
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Los síntomas iniciales de la viruela símica incluyen fiebre, dolor de cabeza, ganglios linfáticos inflamados y dolor muscular. En etapas posteriores, aparece una erupción cutánea distintiva que progresa a través de diferentes estadios.

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Viruela símica: Un virus zoonótico con resurgimiento global

El mpox, anteriormente conocido como viruela del mono, ha irrumpido en el escenario mundial como una amenaza para la salud pública. Este virus zoonótico, perteneciente al género Orthopoxvirus, comparte similitudes con la viruela erradicada, pero presenta características únicas que lo distinguen. Si bien se identificó por primera vez en primates no humanos en la década de 1950, el mpox ha experimentado un resurgimiento preocupante en los últimos años, particularmente a partir de 2016 en Nigeria.

La Organización Mundial de la Salud ha declarado que la nueva cepa del virus de la viruela símica, que se propaga rápidamente por la frontera oriental de la República Democrática del Congo, es “la más peligrosa hasta ahora“. El brote actual se ha propagado principalmente a través de la transmisión sexual, aunque también existen evidencias de contagio por contacto directo de piel con piel. La infección ha alcanzado a escolares, profesionales de la salud y familias completas.

El mpox tiene sus raíces en África central y occidental, donde ha circulado entre animales salvajes durante décadas. Los primeros casos humanos se documentaron en la década de 1970.

Transmisión y síntomas: Contacto cercano y erupciones distintivas

La transmisión del mpox se produce principalmente por contacto físico cercano con lesiones cutáneas infectadas o fluidos corporales de un individuo enfermo. La transmisión sexual también se ha convertido en una vía importante de contagio en el brote actual. Los síntomas iniciales del mpox incluyen fiebre, dolor de cabeza, ganglios linfáticos inflamados y dolor muscular. En etapas posteriores, aparece una erupción cutánea distintiva que progresa a través de diferentes estadios, desde máculas planas hasta ampollas llenas de líquido y costras. La erupción suele concentrarse en la cara, las manos y los pies, pero puede extenderse a otras partes del cuerpo.

Viruela símica: Soporte y antivirales

Si bien no existe un tratamiento específico para el mpox, el manejo de la enfermedad se centra en el alivio de los síntomas y la prevención de complicaciones. El cuidado de apoyo, que incluye hidratación, descanso y control de la fiebre, es fundamental para la recuperación del paciente. En casos graves, especialmente en individuos inmunodeprimidos, se pueden administrar antivirales de amplio espectro como el tecovirimat y el brincidofovir.

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Historia y evolución del virus: De África a un escenario global

El mpox tiene sus raíces en África central y occidental, donde ha circulado entre animales salvajes durante décadas. Los primeros casos humanos se documentaron en la década de 1970, principalmente por contacto con roedores infectados. A lo largo de las décadas siguientes, el virus ha experimentado diversas mutaciones genéticas, dando lugar a dos clados principales: el clado I, asociado a una mayor letalidad, y el clado II, más prevalente en África occidental y con un menor índice de mortalidad. El brote actual se caracteriza por la circulación del clado II, con algunas subvariantes que muestran una mayor capacidad de transmisión.

La erupción cutánea del mpox suele concentrarse en la cara, las manos y los pies, pero puede extenderse a otras partes del cuerpo. La erupción pasa por diferentes etapas, desde máculas planas hasta ampollas llenas de líquido y costras.

Viruela símica: Mutaciones y nuevas subvariantes

Los avances en la investigación del mpox han permitido una mejor comprensión del virus y sus mecanismos de transmisión. El análisis genético de muestras antiguas ha revelado la evolución del virus desde su aparición en la década de 1950 hasta el brote actual. Los estudios han identificado mutaciones en el genoma del virus que podrían estar relacionadas con su mayor transmisibilidad y potencialmente con una mayor virulencia. Además, se han detectado nuevas subvariantes del clado II, como el clado IIb, que requieren un seguimiento y análisis exhaustivos para evaluar su impacto en la salud pública.

Vacunas y prevención: Un desafío pendiente y la importancia de la salud pública

Actualmente no existe una vacuna específica para el mpox, aunque la vacuna contra la viruela ha demostrado cierta eficacia en la prevención de la enfermedad. Se están realizando investigaciones para desarrollar una vacuna específica contra el mpox, con una candidata de ARNm en ensayos clínicos. La prevención del mpox también depende de medidas de salud pública como el aislamiento de casos confirmados, el rastreo de contactos y la educación sobre la transmisión y los síntomas.

El papel de la comunicación en la salud pública: Clave para la respuesta efectiva

Una comunicación efectiva por parte de las agencias de salud pública es crucial para controlar la propagación del mpox. Es fundamental proporcionar información precisa y actualizada sobre la transmisión, los síntomas, las opciones de diagnóstico y las medidas preventivas. La comunicación abierta y transparente también es esencial para combatir el estigma y la discriminación asociados con la enfermedad.

Los avances en la investigación han permitido identificar mutaciones en el genoma del virus mpox que podrían estar relacionadas con su mayor transmisibilidad y potencialmente con una mayor virulencia. Se han detectado nuevas subvariantes del clado II.

Para seguir pensando

El resurgimiento del mpox pone de relieve la importancia de la vigilancia continua de los virus zoonóticos y la preparación para futuras amenazas a la salud pública. Los sistemas de vigilancia deben estar atentos a la aparición de nuevos casos y variantes, mientras que se deben fortalecer las capacidades de diagnóstico y respuesta rápida. La colaboración internacional y el intercambio de información son esenciales para combatir eficazmente las enfermedades emergentes como el mpox.