La ciencia ha demostrado que ciertas actividades pueden ayudar a disminuir la ira. La ira no se reduce gritando, sino practicando técnicas de relajación como la meditación o el yoga.
Más del 85% de las mujeres han utilizado anticonceptivos hormonales en algún momento de su vida, convirtiéndolos en una herramienta fundamental para el control de la natalidad.