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Cómo los niños fingen desde antes de lo pensado

Los niños fingen desde edades muy tempranas, mostrando habilidades cognitivas, que les permiten interactuar con su entorno complejo.
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Investigaciones recientes demuestran que, incluso antes de los dos años, los niños fingen en sus juegos, lo que impulsa su creatividad y habilidades de razonamiento.

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Los niños fingen antes de lo que imaginamos

El desarrollo de las habilidades cognitivas en los primeros años de vida está marcado por un fenómeno que podría sorprender a muchos: los niños pequeños empiezan a fingir antes de lo que generalmente se cree. Según un estudio reciente realizado en el Reino Unido, Estados Unidos y Australia, algunos niños comienzan a participar en juegos de simulación desde los cuatro meses. Esta investigación, que involucró a más de 900 padres, demostró que aproximadamente la mitad de los niños encuestados ya fingían a los 12 meses de edad. A los 13 meses, estos pequeños también podían reconocer cuando alguien más estaba fingiendo. La pretensión es un proceso clave para el desarrollo cognitivo”, explica la psicóloga Elena Hoicka, de la Universidad de Bristol.

Cuando los niños fingen que un plátano es un teléfono, están desarrollando habilidades abstractas esenciales para el pensamiento creativo y la solución de problemas.

Cómo evoluciona la pretensión en los primeros años de vida

El estudio señala que el fingir comienza con acciones sencillas y evoluciona hacia comportamientos más complejos. En un principio, los niños imitan gestos corporales como dormir o cepillarse los dientes con un dedo. A medida que pasan los meses, comienzan a usar objetos sustitutivos, como fingir que un plátano es un teléfono. A los dos años, los niños son capaces de realizar acciones mucho más abstractas, como simular que están volando un cohete, incluso si nunca han tenido contacto con un objeto similar. “Este tipo de simulación abstracta permite que sus capacidades cognitivas avancen de manera significativa”, destaca Eloise Prouten, coautora del estudio.

Los niños fingen: La simulación se vuelve más compleja con la edad

A los tres años, la pretensión de los niños se vuelve aún más elaborada. En esta etapa, suelen utilizar todo su cuerpo para convertirse en personajes de dibujos animados, animales o incluso árboles. Los investigadores también detectaron la aparición de amigos imaginarios, un fenómeno común en esta edad. La capacidad de crear escenarios ficticios, donde los niños interactúan con personajes o situaciones que no existen en la realidad, demuestra un avance en sus habilidades de pensamiento abstracto y socialización. “Esta fase es crucial para el desarrollo de su imaginación y capacidad para interactuar con el mundo que los rodea”, afirma Hoicka.

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El estudio y su metodología

El estudio se basó en la observación de 902 padres de niños menores de 47 meses, lo que permitió a los investigadores trazar una evolución detallada de las capacidades de fingir. Este enfoque permitió a los científicos evaluar con mayor precisión el comportamiento de los pequeños sin las limitaciones típicas de los estudios de laboratorio, donde el número de participantes suele ser más reducido. “La recolección de datos a través de los padres nos permitió trabajar con una muestra más amplia y captar una variedad de comportamientos que no suelen observarse en entornos de laboratorio”, comenta Hoicka.

Limitaciones del estudio y hallazgos clave

Si bien los informes de los padres pueden no ser tan precisos como las pruebas en entornos controlados, se ha demostrado en estudios previos que estos relatos correlacionan bien con las observaciones de laboratorio. Esto permitió a los investigadores identificar 18 tipos diferentes de simulación en niños menores de tres años. El uso de este método no solo facilitó la recolección de datos, sino que también ofreció una imagen más completa del desarrollo infantil. “Pudimos observar una gran variedad de comportamientos que normalmente no veríamos en un entorno de laboratorio”, destaca Prouten.

A través de sus juegos imaginarios, los niños fingen ser personajes de historias, animales o personas que admiran, lo cual potencia su capacidad para socializar.

Para seguir pensando

Los resultados de este estudio ofrecen importantes implicaciones para el entendimiento de cómo los niños aprenden y desarrollan habilidades cognitivas desde una edad temprana. La identificación de las diferentes etapas del fingir podría ser utilizada en el futuro para ajustar estrategias educativas y ayudar a los profesionales de la salud infantil a detectar posibles diferencias en el desarrollo. “Nuestros hallazgos podrían ayudar a padres, maestros y profesionales médicos a comprender mejor cómo interactuar y apoyar a los niños en sus primeros años de vida”, concluye Hoicka.