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En el Antiguo Egipto, el observatorio astronómico de Buto era esencial para la planificación de rituales religiosos, basado en la observación detallada de los cuerpos celestes.
Antiguos egipcios observaban el cielo
El reciente descubrimiento en la ciudad de Buto, Egipto, ha revelado un impresionante observatorio astronómico que data de más de 2.500 años. Este sitio arqueológico, conocido como el Templo de los Faraones, demuestra el avanzado conocimiento astronómico de los antiguos egipcios. Según los arqueólogos, el observatorio fue un centro de observación celestial clave durante el siglo VI a.C., donde se seguían meticulosamente los movimientos del Sol y las estrellas. Este trabajo astronómico era crucial para determinar el calendario egipcio de 365 días, que incluía un día de 24 horas.
Estructura y dimensiones del observatorio
El edificio, construido con ladrillos de barro, abarcaba un área de 850 metros cuadrados y presentaba una forma de L sostenida por pilares. La entrada, orientada hacia el este, permitía la observación directa del amanecer, facilitando el seguimiento del ciclo diario del Sol. Dentro del observatorio, se encontraron varios artefactos, incluyendo un reloj de sombra inclinado, una herramienta fundamental para medir el tiempo durante el día. Este reloj, compuesto por losas de piedra caliza, permitía a los antiguos astrónomos rastrear la hora utilizando las sombras proyectadas por el Sol.
Herramientas astronómicas avanzadas descubiertas en el Observatorio Astronómico del Antiguo Egipto
Entre los hallazgos más relevantes, se descubrió un bloque de piedra grande en una habitación circular, acompañado de dos bloques de piedra circulares ubicados estratégicamente. Estas estructuras se utilizaban para seguir la inclinación del Sol en diferentes momentos del día. El observatorio también contaba con cinco pequeñas habitaciones destinadas al almacenamiento de herramientas astronómicas, así como una torre de observación. Las paredes de una gran sala estaban decoradas con murales que representaban escenas astronómicas, incluyendo un barco ritual vinculado al dios Horus y a la diosa Wadjet, deidades centrales en la mitología egipcia.
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Excavaciones revelan técnicas astronómicas
Durante las excavaciones, los arqueólogos descubrieron que los antiguos egipcios habían desarrollado técnicas sofisticadas para rastrear los ciclos solares. Un ejemplo destacado es el reloj de sombra, una innovación que permitía a los egipcios medir con precisión la hora del día. Según el arqueólogo principal, “este tipo de tecnología demuestra la capacidad de los egipcios para integrar la astronomía en su vida cotidiana”. Además, las inscripciones encontradas en la plataforma de piedra revelan que el observatorio se utilizaba para documentar eventos astronómicos significativos, como los solsticios y equinoccios, esenciales para la agricultura y los rituales religiosos.
Artefactos encontrados en el sitio del Observatorio Astronómico del Antiguo Egipto
Los artefactos descubiertos en el observatorio incluyen estatuas de bronce de las deidades Osiris y Nemes, una estatua de terracota del dios Bes, y una estatua de granito de la dinastía XXVI, representando al dios Osiris. También se encontraron herramientas de medición, collares menat de loza, y mesas de ofrendas, todos ellos indicativos de la profunda conexión entre la astronomía y la religión en el antiguo Egipto. Según los investigadores, “estos objetos no solo confirman el uso del observatorio con fines astronómicos, sino que también reflejan la importancia de la astronomía en la vida religiosa y política de los egipcios”.
La astronomía desempeñaba un papel crucial en la sociedad egipcia, siendo fundamental para la planificación de festivales, coronaciones y otras ceremonias religiosas. El calendario egipcio, basado en la observación del cielo, permitía prever las inundaciones anuales del Nilo, vitales para la agricultura. Este conocimiento astronómico era tan avanzado que su legado aún perdura en nuestros días. Como destaca uno de los investigadores, “el calendario que utilizamos hoy en día tiene sus raíces en la antigua astronomía egipcia, un testimonio del ingenio y la precisión de estos primeros astrónomos”.