Algunas investigaciones sugieren que el ayuno intermitente puede afectar la actividad cerebral, especialmente en áreas relacionadas con la regulación del apetito y la adicción.
El consumo elevado de alimentos ultra-procesados se vincula con riesgos de salud, incluida la obesidad y enfermedades cardiovasculares, destacando la importancia de adoptar opciones más saludables y naturales.