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Diagnóstico de la dislexia para ayudar a los niños a leer

Retos del diagnóstico dislexia: Escasez de especialistas, presiones escolares y estigma, obstaculizan la identificación y apoyo temprano
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La dislexia es una condición neurológica que dificulta la lectura y la escritura. Muchos niños sufren esta dificultad y necesitan una ayuda especial para aprender a leer.

CONTENIDOS

El correcto diagnóstico de la dislexia

La dislexia es una condición neurológica que dificulta la lectura y la escritura. Muchos niños sufren esta dificultad y necesitan una ayuda especial para aprender a leer. Sin embargo, muchas escuelas no saben cómo diagnosticar la dislexia correctamente, y usan un método injusto, discriminatorio y desactualizado, que compara el coeficiente intelectual (CI) con el rendimiento en lectura. Este método se llama modelo de discrepancia, y deja fuera a muchos niños que necesitan ayuda, especialmente los de bajos ingresos y los de color. El diagnóstico correcto de la dislexia es crucial, ya que permite un abordaje temprano, mejora el rendimiento académico y eleva la autoestima de los niños afectados.

De dónde viene el modelo de discrepancia de la dislexia

El modelo de discrepancia se originó a finales del siglo XIX y se popularizó en los años 60 y 70 con unos estudios realizados en la Isla de Wight, en el Reino Unido. Estos estudios definieron la dislexia como un déficit inesperado en niños “brillantes” e inteligentes, y excluyeron a los que tenían discapacidades intelectuales o lesiones cerebrales. Esta definición influyó en las políticas educativas de varios países, que adoptaron el modelo de discrepancia para identificar a los niños con discapacidades de aprendizaje y asignarles servicios de educación especial.

Desde los 70, expertos cuestionaron la discrepancia, señalando problemas metodológicos, sesgos raciales y la falta de validez científica. Demostraron que la dislexia no refleja inteligencia, sino cómo el cerebro procesa palabras escritas, impactando diversos niveles cognitivos. Revelaron que los niños con dificultades de lectura, independiente del CI, se benefician de instrucción fonética especializada, uniendo sonidos hablados con letras impresas.

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Los diagnósticos de la dislexia

Existen algunas propuestas para mejorar el diagnóstico y la intervención de la dislexia, que se basan en la evidencia científica y en la equidad. Una de ellas es el método de “respuesta a la intervención” o RTI, que consiste en intervenir temprano con los lectores que tienen problemas. Por ello, se debe monitorear cómo responden a la ayuda, haciendo una derivación para servicios de educación especial después de comprobar que el niño no mejora con el tratamiento. Otra es el uso de pruebas neuropsicológicas, que evalúan la capacidad y la velocidad de los niños para realizar los componentes que intervienen en la lectura exitosa, como el reconocimiento de palabras, la conciencia fonológica y la fluidez lectora.

Obstáculos para implementar el diagnóstico de la dislexia

Hay obstáculos para implementar las alternativas al modelo de discrepancia, como la falta de formación de los profesores. Otros son la escasez de especialistas o maestros capacitados para trabajar con niños disléxicos, la presión de las escuelas para no identificar a los niños con dislexia. También, la resistencia de algunas familias a aceptar un diagnóstico de discapacidad por el estigma y la vergüenza que implica. Hay una brecha de poder e influencia entre las familias que pueden pagar exámenes privados, tutores o escuelas especializadas, y las que dependen del sistema público para obtener ayuda.

El diagnóstico correcto de la dislexia

El diagnóstico correcto de la dislexia tiene beneficios tanto para los niños afectados como para la sociedad en general. Los niños con dislexia pueden aprender a leer con la ayuda adecuada, lo que mejora su autoestima, su rendimiento académico, su bienestar y sus oportunidades de futuro. La sociedad también se beneficia de tener más ciudadanos alfabetizados, productivos y creativos, que pueden aportar soluciones innovadoras a los problemas del mundo. Uno de los investigadores en materia de dislexia es Tim Odegard, que sufrió la discriminación del modelo de discrepancia cuando era niño. Este investigador, ahora lucha por dar voz y agencia a los niños con dislexia. Tim, afirma que el modelo de discrepancia es una reliquia del pasado que debe ser eliminada. Además, las definiciones de la dislexia deben actualizarse según los avances científicos. También aboga por fortalecer la instrucción de la lectura para todos los niños, y por hacer un cribado temprano de los desafíos del lenguaje en los primeros grados. Finalmente, insiste en que el diagnóstico de la dislexia debe basarse en las habilidades de lectura de los niños, y no en su inteligencia o en su origen socioeconómico o racial.

Para seguir pensando

La dislexia expone un problema grave que afecta a millones de niños en el mundo: el diagnóstico erróneo de la dislexia. Un método obsoleto y discriminatorio impide que muchos niños reciban la ayuda que necesitan para superar sus dificultades de lectura, lo que les causa sufrimiento, frustración y desventaja. Es necesario buscar soluciones basadas en la ciencia y en la justicia, que pueden mejorar la educación y la vida de los niños con dislexia. Este es un tema que nos invita a reflexionar sobre el valor de la lectura y sobre el potencial de todos los niños para aprender.