Nanopartículas de oro: solución para los síntomas del Parkinson

4 min lectura
las nanopartículas de oro son una esperanza para los pacientes con enfermedades neurodegenerativas, con tratamiento potencialmente efectivo.
las nanopartículas de oro son una esperanza para los pacientes con enfermedades neurodegenerativas, con tratamiento potencialmente efectivo.
¡Comparte este artículo!

Las nanopartículas de oro pueden atravesar la barrera hematoencefálica y llegar a las neuronas afectadas. Allí, pueden actuar en las mitocondrias, mejorando la producción de energía y potencialmente aliviando los síntomas del Parkinson.

CONTENIDOS

Las nanopartículas de oro pueden ayudar al cerebro

Las nanopartículas de oro son diminutas partículas formadas por átomos de oro que tienen propiedades físicas y químicas únicas. Estas partículas pueden atravesar la barrera hematoencefálica, que es una capa protectora que impide el paso de sustancias nocivas al cerebro, y llegar a las células nerviosas o neuronas.

Las neuronas son las encargadas de transmitir información entre el cerebro y el resto del cuerpo, y necesitan energía para funcionar correctamente. Esta energía se produce en unas estructuras llamadas mitocondrias, que se encuentran dentro de las neuronas (y de todas las células del cuerpo). Sin embargo, en algunas enfermedades neurodegenerativas, como el Parkinson, las mitocondrias se dañan y producen menos energía, lo que afecta al funcionamiento de las neuronas y provoca síntomas como temblores, rigidez y dificultad para moverse.

El oro como catalizador

Las nanopartículas de oro pueden actuar como catalizadores, es decir, como sustancias que aceleran las reacciones químicas, y ayudar a las mitocondrias a producir más energía. Además, pueden reducir el estrés oxidativo, que es un desequilibrio entre los radicales libres, que son moléculas inestables que dañan las células, y los antioxidantes, que son moléculas que las protegen. De esta manera, las nanopartículas de oro pueden mejorar la salud de las neuronas y aliviar los síntomas de las enfermedades neurodegenerativas.

¿Cómo se administran las nanopartículas de oro al cerebro?

Estas partículas, se pueden administrar al cerebro mediante un fármaco oral que contiene nanopartículas de oro suspendidas en una solución líquida. Este fármaco se llama CNM-Au8 y se ha desarrollado por una empresa llamada Clene Nanomedicine, que se dedica a la investigación y el desarrollo de nanoterapias para tratar enfermedades neurológicas.

El fármaco CNM-Au8 se toma una vez al día y se absorbe por el tracto gastrointestinal. Luego, pasa al torrente sanguíneo y llega al cerebro, donde las partículas de oro atraviesan la barrera hematoencefálica y entran en contacto con las neuronas. Allí, liberan una coenzima llamada NADH, que es esencial para el metabolismo energético y la producción de ATP, que es el combustible de las células.

La coenzima puede existir en dos formas: oxidada (NAD) y reducida (NADH). La proporción de estas formas en el cerebro es esencial para mantener el equilibrio metabólico. El oro puede transformar esta molécula.

La seguridad de un fármaco

El fármaco CNM-Au8 se ha probado en ensayos clínicos de fase II, que son estudios que evalúan la seguridad y la eficacia de un fármaco en un grupo de voluntarios con una determinada enfermedad. Los resultados han sido prometedores, ya que se ha observado un aumento del metabolismo cerebral y una mejora de los síntomas en pacientes con Parkinson y esclerosis múltiple, que son otras dos enfermedades neurodegenerativas que afectan al movimiento y la coordinación.

Las nanopartículas de oro frente a otros tratamientos

El uso de nanopartículas de oro para tratar enfermedades neurodegenerativas tiene varias ventajas frente a otros tratamientos disponibles. Una de ellas es que las nanopartículas de oro son muy pequeñas y pueden penetrar en el cerebro sin causar daños en los tejidos. Otra ventaja es que las nanopartículas de oro son muy estables y no se degradan ni se acumulan en el organismo. Además, las nanopartículas de oro son muy versátiles y se pueden modificar para adaptarse a diferentes necesidades terapéuticas.

Los neurotransmisores

Los tratamientos actuales para las enfermedades neurodegenerativas se basan principalmente en fármacos que actúan sobre los neurotransmisores, que son las sustancias químicas que transmiten los impulsos nerviosos entre las neuronas. Estos fármacos pueden aliviar temporalmente algunos síntomas, pero no detienen ni revierten el proceso degenerativo. Además, estos fármacos pueden tener efectos secundarios indeseables, como náuseas, vómitos, somnolencia, confusión o alucinaciones.

Las nanopartículas de oro, en cambio, actúan sobre las mitocondrias, que son las responsables de la producción de energía y la salud de las neuronas. Al mejorar la función mitocondrial y reducir el estrés oxidativo, pueden tener un efecto neuroprotector y neurorestaurador, es decir, que pueden prevenir o incluso revertir el daño neuronal causado por las enfermedades neurodegenerativas.

Te Puede Interesar:

Hackers’ para la memoria con un sistema protésico: Nanopartículas de oro: solución para los síntomas del Parkinson

Catalizadores eficientes para la energía neuronal

El uso de nanopartículas de oro para tratar enfermedades neurodegenerativas es una estrategia innovadora y prometedora, pero también tiene algunas limitaciones que hay que superar. Uno de ellos es el desconocimiento de los mecanismos exactos por los que las nanopartículas de oro ejercen su efecto terapéutico. Aunque se han propuesto algunas hipótesis, como la liberación de NADH o la activación de la cadena respiratoria mitocondrial, se necesita más investigación para confirmarlas y entenderlas mejor.

Para seguir pensando

Una limitación es la dificultad de trasladar los resultados obtenidos en modelos animales o celulares a la realidad humana. Los modelos experimentales pueden simular algunas características de las enfermedades neurodegenerativas, pero no reproducen toda su complejidad y heterogeneidad. Por ejemplo, la ataxia de Friedreich, que es una enfermedad neurodegenerativa que afecta al equilibrio y la coordinación, se ha estudiado en moscas de la fruta, que tienen un sistema nervioso muy diferente al humano.