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La rana con el hongo también plantea preocupaciones sobre la salud de los anfibios y el impacto de los hongos en su supervivencia.

¡Rareza!, Una rana con un hongo pegado al cuerpo

La rana con el hongo también plantea preocupaciones sobre la salud de los anfibios y el impacto de los hongos en su supervivencia.
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Aún no se sabe con certeza, se requieren más estudios para determinar el impacto del hongo con la rana.

CONTENIDOS

Un hongo que crece en una rana viva

¿Te imaginas encontrar una rana con un hongo que le brota de la piel? Pues eso es lo que le ocurrió a un equipo de investigadores en la India, que documentaron por primera vez este sorprendente fenómeno. La rana, de la especie Fejervarya caperata, tenía una protuberancia gris en el costado izquierdo, que resultó ser un hongo del género Mycena. Este tipo de hongo suele crecer en la madera podrida o en el estiércol de animales, pero nunca se había visto en un anfibio vivo. Lo más curioso es que la rana no parecía afectada por el hongo, ni mostraba signos de herida o enfermedad en la piel. ¿Cómo es posible que el hongo se haya instalado en la rana? ¿Qué consecuencias tiene para el anfibio y para el ecosistema? Estas son algunas de las preguntas que se plantean los científicos ante este hallazgo inédito.

Una posible explicación del fenómeno de la rana con un hongo

Los investigadores que encontraron la rana con el hongo han propuesto una posible explicación del fenómeno, basada en la observación del hábitat y el comportamiento del anfibio. La rana fue hallada en un estanque rodeado de vegetación, donde abundan los hongos y las bacterias. Además, la rana pertenece a una especie que se alimenta de insectos, algunos de los cuales pueden estar infectados por hongos parásitos. Por lo tanto, los científicos sugieren que el hongo pudo haber entrado en contacto con la rana a través de la comida o del agua, y haber encontrado una vía de entrada en la piel, quizás aprovechando algún poro o alguna microlesión.

La Fejervarya caperata es una especie de rana perteneciente a la familia Dicroglossidae. Se encuentra en Asia, desde el este de India hasta Japón y toda Indonesia, posiblemente hasta Papúa Nueva Guinea. Es notable por su adaptabilidad a diferentes ambientes.

Un caso similar al de The Last of Us

El caso de la rana con el hongo ha llamado la atención de muchos aficionados a los videojuegos, ya que recuerda al de The Last of Us, una exitosa saga de juegos de acción y aventura ambientada en un mundo postapocalíptico. En este juego, los humanos son infectados por un hongo llamado Cordyceps, que les provoca mutaciones y les convierte en zombis. El hongo se basa en uno real, que afecta a los insectos y les controla el cerebro. Aunque el juego es una ficción, muchos se han preguntado si podría ocurrir algo parecido en la realidad, y si el hongo de la rana podría ser un indicio de ello. Sin embargo, los expertos descartan esta posibilidad, ya que el hongo de la rana no es un Cordyceps, y no hay evidencia de que pueda infectar o manipular a los humanos.

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Un ejemplo de la diversidad y adaptabilidad de los hongos

Más allá de las especulaciones y las comparaciones con el mundo de los videojuegos, el caso de la rana con el hongo es un ejemplo de la diversidad y adaptabilidad de los hongos, unos organismos que juegan un papel fundamental en la naturaleza. Los hongos son capaces de vivir en casi cualquier ambiente, desde el suelo hasta el aire, pasando por el agua o el interior de otros seres vivos. Además, los hongos pueden establecer relaciones simbióticas, parasitarias o saprofíticas con otros organismos, beneficiándose o perjudicándolos. Los hongos son responsables de procesos como la descomposición de la materia orgánica, la formación del suelo, el ciclo del carbono, la producción de antibióticos o la fermentación de alimentos. También son fuente de alimento, medicina o veneno para muchos animales, incluidos los humanos.

Una rana, de la especie Fejervarya caperata, con un hongo del género Mycena emergiendo de su piel. Este fenómeno, raro en la naturaleza, puede indicar una interacción simbiótica o parasitaria entre el anfibio y el hongo. Este hallazgo abre nuevas preguntas sobre la ecología de los hongos y los anfibios.

Un motivo de preocupación para la conservación de los anfibios

El caso de la rana con el hongo también es un motivo de preocupación para la conservación de los anfibios, un grupo de animales que está en grave peligro de extinción. Los anfibios son muy sensibles a los cambios ambientales, y sufren amenazas como la pérdida de hábitat, la contaminación, el cambio climático, la caza o la introducción de especies invasoras. Además, los anfibios son vulnerables a las enfermedades infecciosas, especialmente a las causadas por hongos. Uno de los ejemplos más dramáticos es el de la quitridiomicosis, una enfermedad provocada por un hongo llamado Batrachochytrium dendrobatidis, que ha diezmado a más de 500 especies de anfibios en todo el mundo. Por eso, los científicos están alerta ante la aparición de nuevos hongos que puedan afectar a los anfibios, y buscan formas de prevenir y combatir sus efectos.

La rana con un hongo: Un aporte al conocimiento de la biodiversidad

El caso de la rana con el hongo también es un aporte al conocimiento de la biodiversidad, tanto de los anfibios como de los hongos. Los anfibios son uno de los grupos de animales más diversos y variados, con más de 8.000 especies descritas, y muchas más por descubrir. Los anfibios presentan una gran variedad de formas, tamaños, colores, comportamientos y adaptaciones a diferentes ambientes. Los hongos también son un grupo muy diverso y variado, con más de 100.000 especies descritas, y se estima que hay entre 1,5 y 5 millones de especies en total. Los hongos presentan una gran variedad de formas, estructuras, ciclos de vida y modos de reproducción. El estudio de la biodiversidad de los anfibios y los hongos es importante para comprender la evolución, la ecología y la biología de estos organismos, así como para valorar y proteger su papel en el equilibrio de los ecosistemas.

Para seguir pensando

En un hallazgo sorprendente, los científicos descubrieron un hongo del género Mycena creciendo en una rana viva de la especie Fejervarya caperata en India. Este fenómeno, documentado por primera vez, plantea preguntas intrigantes sobre la interacción entre los hongos y los anfibios. Los hongos, conocidos por su diversidad y adaptabilidad, juegan un papel crucial en la naturaleza. Sin embargo, también pueden representar una amenaza para los anfibios, que están en grave peligro de extinción. Este descubrimiento contribuye a nuestro conocimiento de la biodiversidad y plantea desafíos para la comunicación científica. Finalmente, nos recuerda el asombro y la admiración que la naturaleza puede inspirar. ¿Cómo este hallazgo podría influir en nuestra comprensión de las relaciones entre diferentes especies y qué implicaciones podría tener para la conservación de los anfibios?