Comparando TDA y TDAH: ¿Por qué importan las diferencias?

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Las diferencias entre TDA y TDAH pueden ser sutiles, pero son fundamentales para un diagnóstico preciso. Estas diferencias también influyen en el tratamiento y manejo del trastorno.
Las diferencias entre TDA y TDAH pueden ser sutiles, pero son fundamentales para un diagnóstico preciso. Estas diferencias también influyen en el tratamiento y manejo del trastorno.
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El TDA y el TDAH son trastornos neurodesarrollistas que presentan diferencias significativas en sus síntomas y manifestaciones. Ambos afectan la atención, pero de formas distintas.

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TDA y TDAH: importan las diferencias

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una afección neurodesarrollista que afecta aproximadamente al 5% de la población. Se caracteriza por problemas de inatención y/o hiperactividad e impulsividad que repercuten negativamente en la vida escolar, laboral, social y familiar. La investigación hasta la fecha ha demostrado que el TDAH es un trastorno biológico, no simplemente un “mal comportamiento”. En un niño con TDAH, la capacidad del cerebro para utilizar correctamente los mensajeros químicos importantes (neurotransmisores) está afectada. Un nivel más bajo de actividad en las partes del cerebro que controlan la atención y el nivel de actividad puede estar asociado con el TDAH.

El TDA, o Trastorno por Déficit de Atención, se caracteriza principalmente por dificultades en la concentración. En cambio, el TDAH incluye hiperactividad e impulsividad.

Evolución Histórica de las diferencias del TDAH y TDA

La primera descripción clínica del T, el TDAH, se remonta a 1902, cuando el pediatra británico George Still observó a 43 niños con comportamientos desafiantes y emociones intensas. Desde entonces, la comprensión del trastorno ha evolucionado significativamente. El TDAH fue originalmente llamado reacción hipercinética de la infancia. No fue hasta la década de 1960 que la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) lo reconoció formalmente como un trastorno mental, y en la década de 1980, el diagnóstico se conoció como “trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad”.

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El TDAH en el DSM

El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) es la herramienta principal para diagnosticar condiciones de salud mental y neurodesarrollo. A lo largo de las ediciones, el TDAH ha sido reconocido y redefinido, reflejando un mejor entendimiento de la condición. En 1994, el DSM-IV designó tres subtipos de TDAH: inatento, hiperactivo/impulsivo y combinado. Sin embargo, con el tiempo, la investigación demostró que los subtipos eran poco fiables a lo largo del desarrollo. En reconocimiento a que los síntomas del TDAH pueden presentarse de manera diferente a lo largo del tiempo, los subtipos se convirtieron en “presentaciones” en el DSM-5, publicado en 2013.

Cambio de ADD a TDAH

El cambio de “Trastorno por Déficit de Atención” (ADD) a TDAH en 1987 en el DSM-III-R fue un hito importante en la comprensión de este trastorno. Este cambio se produjo después de intensos debates y controversias sobre la presencia de hiperactividad y las diferencias entre los subtipos del trastorno15. La inclusión de la hiperactividad en el diagnóstico reflejó una comprensión más profunda de que el TDAH no es simplemente un problema de atención, sino que también implica un nivel de actividad excesivo o inapropiado. Sin embargo, este cambio también ha sido objeto de críticas, ya que algunos argumentan que el DSM-5-TR sigue cultivando la metáfora científica médica esencialista del trastorno, creando la ilusión de que representa un progreso científico que valida el TDAH como un trastorno del neurodesarrollo.

A pesar de las diferencias, tanto el TDA como el TDAH pueden tener un impacto significativo en la vida diaria de una persona, afectando su rendimiento académico, laboral y social.

TDA TDAH y sus diferencias en los Subtipos

Actualmente, el DSM-5 define tres subtipos de TDAH: predominantemente inatento, predominantemente hiperactivo/impulsivo y combinado. Esta clasificación ayuda a los profesionales a diagnosticar y tratar el TDAH de manera más efectiva. Sin embargo, la investigación ha demostrado que estos subtipos pueden ser poco fiables a lo largo del desarrollo. Por ejemplo, un estudio encontró cambios estructurales disociables en diferentes subtipos de TDAH, particularmente en términos de disminución del volumen subcortical en pacientes con TDAH combinado en comparación con personas con desarrollo típico. Estos hallazgos indican que existen diferencias significativas en los síntomas clínicos y el daño a la materia gris entre los pacientes con TDAH combinado e inatento.

Diagnóstico y Prevalencia del TDAH

El diagnóstico de TDAH ha aumentado en las últimas décadas, y aunque inicialmente se diagnosticaba más en niños, ahora se observa un creciente número de niñas y mujeres que buscan diagnósticos. La prevalencia mundial estimada de TDAH es de alrededor del 5%. Aunque durante mucho tiempo se consideró un trastorno de la infancia, ahora se sabe que los síntomas del TDAH que afectan la vida persisten en la edad adulta en una proporción considerable de casos (alrededor del 65%), aunque hay variabilidad en la estimación debido a la heterogeneidad metodológica entre los estudios. En los Estados Unidos, la prevalencia ponderada de TDAH fue del 10.80% en 2022. Estos datos subrayan la importancia de un diagnóstico preciso y un tratamiento efectivo para el TDAH.

Es importante entender las diferencias entre TDA y TDAH para poder proporcionar el apoyo adecuado a las personas afectadas. Ambos trastornos requieren enfoques de tratamiento personalizados.

El TDAH en Diferentes Culturas

El TDAH es un fenómeno global, pero su interpretación y manejo varían considerablemente entre diferentes culturas. Un estudio reciente examinó la tolerancia y los protocolos de tratamiento para el TDAH en diez países diferentes, incluyendo Estados Unidos, Noruega, Reino Unido, Países Bajos, Australia, Canadá, Israel, Alemania, China y Brasil. Los resultados mostraron diferencias significativas en la forma en que se perciben y manejan los síntomas del TDAH. Por ejemplo, la impulsividad de un adulto con TDAH puede tener un impacto negativo en sus relaciones sociales, elección y consumo de alimentos, comportamiento de riesgo, manejo del dinero, etc. Estas diferencias culturales pueden afectar la prevalencia, el diagnóstico y el tratamiento del TDAH, y subrayan la importancia de considerar el contexto cultural al abordar este trastorno.

Para seguir pensando

El TDAH puede tener un impacto significativo en la vida diaria de un individuo. Puede afectar el rendimiento académico y profesional, así como las relaciones personales. Los adultos con TDAH tienen un mayor riesgo de una amplia gama de condiciones físicas, incluyendo enfermedades del sistema nervioso, respiratorias, musculoesqueléticas y metabólicas, según un estudio de registro a gran escala en Suecia. Además, el TDAH en adultos puede producir una amplia gama de déficits cognitivos adicionales, así como síntomas motivacionales, afectivos y sociales que pueden afectar casi todos los aspectos del funcionamiento en la vida real. Estos datos subrayan la importancia de un diagnóstico preciso y un tratamiento efectivo para el TDAH.