La influenza D ¿por qué nos preocupa?

La influenza D es un tipo de virus de la gripe que afecta principalmente a vacas y cerdos, pero que podría saltar a los humanos y causar una pandemia. Se descubrió por primera vez en 2011 en Estados Unidos y desde entonces se ha detectado en varios países. Aunque no se ha confirmado ningún caso de infección humana, se han encontrado anticuerpos contra el virus en algunas personas, lo que sugiere que podrían ser susceptibles. La influenza D puede causar síntomas similares a los de la gripe común, como fiebre, tos y secreción nasal.

¿Cómo se transmite el virus de la influenza D?

La influenza D se transmite principalmente por contacto directo o indirecto con los animales infectados, a través de las secreciones respiratorias o las heces. También puede transmitirse por el aire, especialmente en lugares cerrados y con poca ventilación. Para prevenir la infección, se recomienda reducir el contacto entre los animales y los humanos. Además, mejorar las condiciones higiénico-sanitarias de las granjas y los mataderos, aplicar protocolos de bioseguridad y vacunar a los animales susceptibles. También se debe evitar el consumo de carne o productos derivados de animales enfermos o sospechosos de estar infectados por el virus.

Tratamiento para la influenza D

El tratamiento para la influenza D consiste en el uso de fármacos que inhiben la actividad de la neuraminidasa. Esta es una enzima que facilita la liberación y propagación del virus. Estos fármacos son los mismos que se usan para tratar la gripe estacional o la gripe aviar, como el oseltamivir o el zanamivir. Sin embargo, su eficacia contra la influenza D no está garantizada, ya que el virus puede desarrollar resistencia a estos medicamentos. Por eso, es necesario investigar nuevos fármacos o combinaciones que puedan ser más efectivos contra este tipo de virus. El diagnóstico de la influenza D se basa en la detección del virus o de sus anticuerpos en muestras de sangre, saliva, hisopos nasales o faríngeos.

La vacuna para el virus de la influenza D

La vacuna para la influenza D es una herramienta fundamental para prevenir y controlar la enfermedad en los animales y evitar su posible transmisión a los humanos. Actualmente, existen varias vacunas experimentales que han demostrado ser seguras e inmunogénicas en cerdos y vacas. Sin embargo, estas vacunas aún no están disponibles comercialmente ni autorizadas por las autoridades sanitarias. Por eso, es necesario seguir investigando y desarrollando vacunas que sean eficaces contra las diferentes cepas del virus y que puedan ser aplicadas masivamente. El desarrollo de una vacuna para la influenza D implica varios pasos, como la identificación y aislamiento del virus, la selección y producción de los antígenos, la evaluación de la seguridad y la eficacia, y la distribución y administración de la vacuna.

El impacto económico de la influenza D

La influenza D tiene un impacto económico negativo en el sector ganadero. Este, puede causar pérdidas de productividad, de calidad de la carne y de la leche, de ingresos y de empleos. Además, puede generar costes adicionales por el diagnóstico, el tratamiento, la prevención y el control de la enfermedad. El impacto económico de la influenza D se puede medir mediante diferentes indicadores.

Riesgo sanitario de esta enfermedad

El riesgo sanitario de la influenza D se refiere a la probabilidad y la magnitud de los efectos adversos para la salud de los animales y de los humanos por la exposición al virus. El riesgo sanitario de la influenza D se puede evaluar mediante un proceso sistemático que incluye cuatro etapas: la identificación del peligro, la caracterización del peligro, la estimación de la exposición y la caracterización del riesgo. El objetivo de la evaluación del riesgo sanitario es proporcionar información científica y técnica para apoyar la toma de decisiones y la implementación de medidas de gestión del riesgo.

Para seguir pensando

La investigación y la cooperación internacional son fundamentales para mejorar el conocimiento y la capacidad de respuesta ante la influenza D. La investigación permite generar evidencia científica sobre la epidemiología, la patogénesis, la inmunología, la virología, la farmacología, la vacunología y la economía de la enfermedad. La cooperación internacional permite compartir información, recursos, experiencias y buenas prácticas entre los diferentes actores involucrados, como los gobiernos, las organizaciones internacionales, las instituciones académicas, el sector privado y la sociedad civil. La investigación y la cooperación internacional contribuyen a la prevención, el control y la mitigación de la influenza D y de sus posibles consecuencias para la salud pública y el desarrollo.